La Presencia, NO Espera


En diversos momentos y situaciones, basados en nuestra vida cotidiana, cuando queremos algo y nos cuesta tenerlo, simplemente obtenemos el consuelo que llegará en algún momento, en el momento más oportuno, expresando así con todo su esplendor la Espera.

La espera se manifiesta en momentos de duda, en momentos de preocupación, por aquello que anhelamos y en que las diversas experiencias no imponen el cuestionamiento de “¿Merezco esto?”, “¿vale la pena?”, “¿lo conseguiré?”. Es en estas instancias donde la espera se hace más fuerte y nuestras ganas de conseguir, se apagan. De esta forma, traemos más duda a nuestro accionar, a nuestro querer y nos olvidamos de lo que es tener.

Cuando traemos la espera a nuestro mundo, que es distinto de la paciencia, traemos desesperación, en cierta forma estamos parados en un punto ciego, ocultándonos hasta que simplemente llegue lo que quieres, pero algo muy importante es,  que las cosas no llegan por sí sola, por mucho que hablemos de destino, suerte, “fin”, el hombre tiene libertad de acción y en el camino de la vida, va forjando su importancia en este mundo, su cometido y función. El hombre puede decidir ser o no.

Recordar que por algún motivo estamos aquí, y que no todos tienen este regalo que dura tan poco, en el cual debemos aprovechar lo que anhelamos, lo que sentimos, lo que hacemos. Obtenemos la vida, para hacer de ella lo que su nombre dice, por ende tenemos que aprovechar cada momento, como si fuera el último. Cada momento es importancia, el AHORA es el que no mueve y el que debemos disfrutar, porque este paseo por este espacio tiene un fin, y no vale la pena, dejar de hacerlo por concebir la espera como la mejor opción, puesto que todo se puede ir por la borda, ya que no estamos actuando de forma “presente”.
Este momento está lleno de inciertos, incertidumbres y desafíos, desafíos que existen para hacernos más fuertes y aprender a que la vida solo hay que disfrutarla con las cosas que nos hacen sentir felices, agradeciendo a cada momento y experimentando que cada momento puede ser el último, y que solo te deben entregar al final del día felicidad.

Es por esto que la espera, no puede quedar en eso, uno debe pensar en la paciencia, en que todas las cosas tienen su tiempo, tienen su espacio, lugar y sentimiento. Por lo que debemos en todo momento caminar hacia lo que queremos, caminar pacientemente, porque durante el viaje, puedes encontrar de frente lo que tanto querías. El ser humano, está en este espacio, para hacer cosas, para vivenciar, experimentar, disfrutar y compartir, por lo que esperar, es hacer nada, simplemente volver al estado de “existir” y ser simples testigos de la propia historia, de los sentimientos y de la simpleza de la vida.

Nunca olvides que el hombre, está de paso este momento, para experimentar este frenesí, que nos entrega tantas emociones y anhelos, que dejarlos solo en la espera, no vale la pena,
“Un guerrero no renuncia a aquello que ama, encuentra el amor en lo que hace,
es mejor caminar hacia ese momento, experimentarlo desde ya, sentirlo tuyo, para así atraer con más fuerza lo que pacientemente debes conseguir, nunca olvides, que la vida es una sola y es tan corta, que pasarse la vida sufriendo, es como pasar una vida sin contexto, sin emociones, sin experiencias, sin vida.

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