Sentimiento al Momento
Cada uno de nosotros tiene
sueños, en sus distintos niveles, complejos o fáciles de conseguir, dependiendo
de las circunstancias del tiempo-espacio y contexto. El hombre está hecho para
concretar cada una de las situaciones que propone, más aun cuando están llenas
de sentimientos, por sobre lo que nos dice la mente, puesto que está juega un
gran rol traicionero y muchas veces nos limita a nuestro “fin”, la felicidad. Felicidad, que ya he mencionado
anteriormente, es real cuando es compartida.
En esta instancia, muchas
personas confunden lo que es vivir de los sueños, a obsesionarse de las cosas, o sobrexigirse en cierto grado,
por anhelar con tanta fuerza y querer superar al contexto, así como al tiempo.
Eso es casi imposible, puesto que los momentos son distintos unos de otros, y
muchas veces no depende de nosotros el contexto, en cuanto a esto, el hombre
debe preocuparse por disfrutar estas instancias, en las cuales debe existir,
progreso, crecimiento interno, descanso, relajo, gratitud, cuestionamiento,
frustración, superación y motivación, siempre se puede mejorar, pero nunca
forzar las instancias, porque son únicas
y de alguna forma u otra llegará.
El hombre nació para querer,
nació para anhelar, nació para la espera, y nació para la acción, más para el
goce de alegría, y de compartir está última. Recordar que el hombre es
sentimiento y acción, y no se debe dejar de sentir, mucho menos de actuar.
Si hay algo que debemos recordar
y recalcar, es que no se pueden forzar las situaciones, no se pueden negar los
sentimientos, no se puede determinar un futuro, cuando el hombre es el único que
establece sus límites, pero no los tiempos, puesto que estas se generan en
instancias únicas, respectivas al crecimiento y al amor por hacer las cosas.
Cada acción que realizamos nos lleva a la otra, tiene consecuencia, que muchas
veces no es la que esperamos, pero si la que posteriormente nos servirá para
agradecer el proceso que vivimos, antes de poder suspirar por el éxito conseguido.
Muchas personas, al no despojar
los miedos y no querer enfrentar la incertidumbre, provocan un daño, un
afección personal, en la cual se pone en duda, la razón y el corazón. No se
sabe que es lo correcto, pero nunca debemos olvidar, que nuestra intuición es
nuestro mejor salvavidas, más aún los sentimientos, que son los que llevan a
cualquier acción, con pasión y amor, que van directamente relacionados con la alegría.
El hombre nació para amar, y para encontrar la complementariedad, si escapamos
de esto y no lo enfrentamos, estamos olvidando la esencia del hombre que es el
amar, que soñar, el hacer… el VIVIR.
Nunca dejes de actuar por lo que
te dictan los sentimientos, aquellos escalones que te llevan en dirección a tu
sueño y felicidad, recuerda que cada paso está lleno de pasión, cada paso tiene
su momento, y su sentimiento, posteriormente su gratificación. La intuición, es
la única guía en estas instancias, y está relacionado con ese palpitar que se
agita con un solo aroma, con una imagen o una caricia.
CADA COSA A SU MOMENTO, CADA
SENTIMIENTO EN CADA UNO DE ELLOS, DEBE SER AHORA EL SENTIMIENTO Y NO FORZAR EL
MOMENTO...MOMENTO ÚNICO, QUE DA RESPUESTA A LA VIDA.
Comentarios
Un tiempo par nacer y un tiempo para morir,
un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado;
un tiempo para matar y un tiempo para curar,
un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
un tiempo para llorar y un tiempo para reir,
un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas,
un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse;
un tiempo para buscar y un tiempo para perder,
un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;
un tiempo para rasgar y un tiempo para coser,
un tiempo para callar y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar y un tiempo para odiar,
un tiempo de guerra y un tiempo de paz.
Eclesiastes 3, 1-8